De los Números a las Letras

Tengo más de 15 horas semanales con el mismo profesor, Garin… quien me hace Matemáticas Común, Matemáticas Diferenciado, Física Común y Cálculo. Sin duda cada semana es más agotadora q la Anterior, pero esta… tuvo un cambio radical, hice lo que talvez en mi vida nunca pensé que haría, entrar a una sala de Lenguaje… entrar entre puras mentes maestras al hablar de “Humanistas”. Bueno aquí va mi gran historia era día Viernes, quería que puro terminara y que mejor forma que entrar a una clase que no es de uno a puro lesear con los amigos. Así fue debería haber entrado a donde Garin y me desvié en mi camino hacia la sala de Carlos Iduarte en donde tocaba Lenguaje Diferenciado.


Una clase nueva, una materia totalmente desconocida para mi mí que comenzó a escribir el profe Idearte en la pizarra, era Latín y entre mis tan raras forma de pronunciarlo menos entendía lo que querían decir, letras que quitar… letras que poner y el profesor hablando en Latín, Humanistas por todos lados mirándome con cara de asombro al encontrar a un Numero entre puras letras, me sentía raro… no quise elegir Humanista en un principio porque me carga la lectura y quería separarme de las letras que mi ortografía es muy mala y si no fuera por San Microsoft Word, ustedes no entenderían ni la fecha que lleva este texto, ya que hasta eso me corrigió sin contar mi nombre. Bueno me di cuenta de las muchas molestias que causan mis compañeros a Iduarte, la típica forma del profesor de pedir silencio y un golpe en la mesa que me hizo saltar de mi silla pero sin ser identificado, wow por poco Iduarte no me cacho… Continuo la clase y el profe pasaba a cada rato por mi lado y yo para pasar piola mientras escribía la materia de la pizarra, cosa que ni en Matemática hago, llene tres hojas de puros geroglificos que no entendía ni que pusiera la hora de mil posiciones.


Termina la clase y con ello comienza la desesperación, el profe ordena a mostrar los cuadernos ya que no dejara salir a nadie de la sala sin que no tenga la materia copiada, yo por suerte lo había copiado todo, pero igual tenía algo de miedo…. Era matemático no Humanista… ósea no debería estar de partía en esa sala…. Y el profesor lo notaria cuando me viera entregar el cuaderno. Me aserque hasta donde el profe, y una gota de sudor frió baja por mi frente, me mire y me dice muy suavemente:

Idarte: “¿este es su cuaderno de lenguaje, tan desordenado?”
Matías: “si, es que se divide por colores”
Idearte: “ahh, ya muy bien váyase”




Cerré mi cuaderno a la salida de la sala y sonreí, termino mi día como Humanista… salio el numero entre puras letras y comencé a reír con esa peculiar risa que se distingue a distancia, mientras el resto de los Humanistas se reía de mi y mi tan entupida acción de entrar a una clase de humanista y copiar la materia… que en un futuro solo me servirá para prestarla si alguien no la tiene.

Viernes, 15 de Mayo de 2009