Avenida Muy Lejos, numero 1313

Época difícil para él, viajo hacia un lugar desconocido (ni tanto ya que muy cerca de ahí sus pasos quedaron marcado en algún hogar). Entra en un lugar donde todas las miradas de las personas estaban sobre él, saludo muy tímido a todos mientras muchos les ofrecía algo de alcohol y cigarro.
Su meta era única, estar cerca de su amiga y darle el calor que hace un tiempo atrás ella necesitaba a su lado. Entre juegos y conversaciones en su mente algo le gritaba jugar con su amiga.

Estuvieron por un par de minutos jugando a la botellita sin lograr en ningún momento por robarle un piquito a su gran amiga, hasta que por fin después de tantas parejas afortunadas es la hora de él y ella.

Se lo daré solo si él quiere, ¿quieres un piquito conmigo? – dice ella mirándome
El joven asustado por la tención del momento acepta con un “si” algo temeroso.

Ambos parados, mirando a su alrededor como todos sacaban fotos de aquel momento….

Fue un piquito que para el duro mas que eso.

Quedaron abrazados mirando a la gente como se iba del lugar con el pasar del tiempo.
Hasta que por fin, se quedaron solos en la oscuridad de la cocina. Con una pequeña luz que los rodeaba. Un gato en las manos de ella era la separación entre los dos y entre juegos, entre imitaciones de animales, entre buscar la cara y entre hacerse cariño salió el gran beso de la noche, duro minutos y no se querían separar.
Todo fue lindo y hasta el día de hoy lo recuerdan como la historia de sus vidas.

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