La chica de los labios rojos

La tome de la mano antes de que se alejara más y la acerque a mí, la mire fijamente y le dije aquellas cosas que salieran del corazón, sonrió y se alejo para no volverla a ver. Días después entendí que no era para mí y que ella ya tenía un hombre por el cual suspirar.

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